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miércoles, 21 de marzo de 2012

Inspiración: "El aroma de una flor"

Arranca una nueva etapa en mi vida, con nuevas experiencias, nuevos retos y un nuevo equipo. Unidos bajo un mismo objetivo "mejorar la calidad de vida de millones de personas alrededor del mundo". Por ello, me permitiré publicar y compartir, al menos una vez por semana, una serie de reflexiones budistas, que estoy seguro serán de gran utilidad, principalmente para el extraordinario equipo de LIT y para el público en general.

A mis amigos:
Su esfuerzo sincero y dedicado al servicio de los demás es el gran testimonio de su espíritu altruista. Un espíritu donde parte de la recompensa son los elogios. El equipo de LIT es ahora responsable de llevar a cabo servicios altruistas, que rindan frutos para hoy y mañana.

Filosofía Budista:

Puede haber momentos cuando la vida parece sombría y aburrida. Cuando nos sentimos atrapados en una situación u otra. Cuando somos negativos hacia todo lo que hacemos, cuando no sentimos perdidos y confundidos, donde no sabemos qué camino tomar. En ese preciso momento debemos transformar nuestra mentalidad pasiva y determinar: "voy a continuar a lo largo de este camino, voy a continuar con mi misión de hoy, voy hacer algo para cambiar el mundo". Cuando lo hacemos así, llega entonces la primavera a nuestros corazones y las flores comienzan a florecer.

La libertad se expresa en nuestros corazones (desde el pensamiento más profundo) y su propósito no es restringirnos ni limitarnos, sino hacer el bien. La libertad de nuestro corazón implica la práctica, grandes esfuerzos, y mucha determinación, pero al final siempre hay una gran recompensa, un propósito bueno. El gran beneficio de ayudar a otros y ayudarnos a nosotros mismos es desarrollar un estado profundo armónico, una vida en paz y en equilibrio.

Es imposible conocer la fragancia de una flor, así sea hermosa y esté en un jardín bello, para ello es necesario acercarnos y olerla delicadamente. Lo mismo pasa con nuestra vida, no importa que tan ilustres y sabios seamos, debemos compartir nuestra felicidad, proveer “fragancia” para nuestro entorno. Compartir nuestros conocimientos y ayudar sabiamente, para entonces conocer nuestro verdadero potencial y el impacto positivo que genera en la vida de los demás y en nuestra propia vida.

1 comentario:

  1. muy padre mau...buenas reflexiones....tomare en cuenta algunas de ellas...saludos

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